Lo que tomé de ti
2febrero 13, 2013 por felipejpg
De tu boca tomé el beso que en otra dejé
de tu piel tomé la calidez de la caricia
de tu mirada tomé la confianza perdida
de tu cuerpo tomé la sensación de amar
y de tus manos,
de tus manos tomé de nuevo la vida.
jajajajajaja Qué pilluela eres, es muy cortito para narrarlo 🙂
Te entendí a la perfección lo que quieres decir, porque es así, como lo has explicado, también es como un ladrón de lo que necesitaba para sentir de nuevo el amor, una soga que salva la vida, haciendo olvidar esos otros labios que ya, por suerte, quedaron atrás. Qué bien me interpretas, si todos me leyeran de la misma forma, qué fácil sería todo.
Muchas gracias y un beso
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Me gusta mucho, Felipe.
Me gusta por distintas cosas. A saber.
Me gusta por el buen regusto que te deja en los labios… Acaba «tomando la vida», y eso es una buena noticia, un canto a la esperanza… Sabes que eso me alegra y me llena de paz.
Me gusta porque todo lo que nombra es una mezcla entre lo sensual y lo anímico…, que me parece la mezcla perfecta.
Y me gusta por «la forma» que utilizas… «Lo que tomé de ti»…
El verbo «tomar», en su acepción más carnal, me parece un verbo muy interesante. Apasionado. Obviamente no, si lo que vas a «tomar» es un café…, pero sí cuando nos referimos a «tomar» algo de una persona… Además tiene esa interpretación que puede implicar que «tomas» o coges algo, «casi sin permiso»…, no porque el otro te lo dé, sino porque tú «lo tomas»…, y eso de por sí puede llegar a ser una idea tremendamente sensual y excitante.
La forma verbal «tomé» -en sí misma- me parece muy visceral, un poco salvaje… ¿No? Un poco sólo. Mmm… No sé si estoy logrando explicarme… Tiene un poco también de cuando alguien conquista algo…, ¿no te parece? «Tomé aquel castillo al alba, cuando todos sus ocupantes dormían…» No sé… A mí me parece, en este caso concreto, un verbo un poco epicúreo y hedonista por una parte, y muy salvaje y vital por otra…
Me parece un canto a la vida y al amor y al sexo… Y eso me gusta! 🙂
Por cierto… Estaría genial escucharlo recitar de tu propia voz… ¿Sí?
Enhorabuena una vez más, Felipe.
Y una vez más…, Namasté 🙂
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